de tocarte, de besarte, de imaginarme como te ves al despertarte.
He decidido mantenerme al margen, porque te amo y me basta escucharte.
Me cuesta contener las ganas de buscarte y encontrarte, pero he aprendido
que los cuerpos no tienen el mismo arte que las almas para amarse.
Te extraño y esto es algo que no puede obviarse pero es mejor vivir
de un sueño que en una realidad desplomarse.